
El proceso de comunicación humana se caracteriza por el conjunto de actividades racionales que se llevan a cabo y que permiten que podamos no sólo obtener información del entorno a través de la percepción, sino inferir nuevos conocimientos a partir de otros ya adquiridos. Todas estas capacidades cognitivas son esencialmente representacionales; todas ellas involucran significados, aunque no se trate de significados lingüísticamente expresados. Racionalidad, inferencia y sentido están indisolublemente ligados en la actividad sociocomunicativa del hombre. La teoría de la relevancia brinda un aporte importante a la comprensión del fenómeno complejo de la comunicación verbal humana. Al igual que otras propuestas que surgen desde una perspectiva pragmática, intenta explicar lo que ocurre cuando hablantes y oyentes producen e interpretan el lenguaje. Es decir, pretenden dar cuenta de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación humana.
La descripción de la comunicación en términos de intenciones e
inferencias es, en cierto sentido, una cuestión de sentido común.
Todos somos hablantes y oyentes. Como hablantes, queremos que
nuestros oyentes reconozcan nuestra intención de informarles de un
determinado estado de cosas. Como oyentes, intentamos reconocer
de qué tiene la intención de informarnos el hablante....... La
comunicación tiene éxito no cuando los oyentes reconocen el
significado lingüístico del enunciado, sino cuando infieren el
"significado que el hablante le atribuye